IMPLANTOLOGÍA
Consiste en sustituir los dientes perdidos mediante la colocación quirúrgica de un implante dental en el hueso maxilar o mandibular, con anestesia local y máxima asepsia.
Los implantes son análogos de las raíces dentarias confeccionados en titanio. Se colocan en el hueso y una vez queden integrados en el mismo se confecciona el dispositivo protésico indicado para cada caso.
¿Cómo es el proceso de colocación de implantes?
Tras la consulta con el implantólogo se realiza la planificación de implantes, realizando un TAC en caso de ser necesario.
El día de la colocación de implantes se realiza una sencilla intervención quirúrgica para insertar los implantes en el hueso, para de esta forma actuar como análogos de las raíces dentarias. Una vez colocados se cubre la encía y se sutura.
Hecho esto se espera un periodo de tiempo variable entre los dos y los seis meses, en función de la zona de inserción y de las características del hueso del paciente. Este tiempo es necesario para que el implante se ancle firmemente en el hueso, proceso que se llama osteointegración.
Transcurrido este tiempo y habiéndose realizando durante el proceso las revisiones de control, se descubre el implante y se confecciona el dispositivo protésico indicado en cada caso.
Ventajas:
- Procedimiento con un postoperatorio muy llevadero
- Es la opción más segura y conservadora para sustituir los dientes perdidos
- Realizados con materiales 100% biocompatibles que minimiza el rechazo y favorece la integración con el hueso.
- Permiten recobrar la salud, estética y funcionalidad.